Este poema deriva de un lapsus tuercas y gelatinas
En el paraje desatino figuran apaisada las configuraciones neoclásicas de la mañana anterior.
Antes del fuego fuimos solo espacios reciclándonos en el vapor intangible del dolor
Lagrimas de buena cepa y muecas efervescentes.
Soy un admirador de los engranajes invisibles de los trajines hipotéticos en la historia de la calamidad humana.
Una luna, millones de espejos en los bolsos de ellas.
Vienes y te vas en los ecos de los vientos disueltos en sueños...
Filosas sospechas a las filosóficas palabras de un método que fragmenta los ejes cartesianos.
El punto de partida es el sujeto fundamento, la noción señalada.
Gelatina
Tu un mejor mundo.
Yo geografía que pueden contar
las gatas... me llaman a copular.
Un adiós vestido de azul.
A tus ojos vendados vendí
la paz de un sueño diseñado
un bonus track.
Afilo ojos
escudriño en cuadriláteros
complejos y a gusto.
Ella puta y yo con mi soledad.
A un siglo del olvido
por un siglo que olvida,
me cuesta otro trago mas.
Te invito, insisto a que me escupas
insito, mira descongelarme...