¿A dónde fue la ilusión
y los sueños, que he vivido?
Se están ahogando en el río,
cautivos de la razón.
Bracean hacia la orilla
e intentan buscar aliento
y sólo se oye el lamento
pues van perdiendo su vida.
Y la luz que necesitan
se la niega el faro amigo,
reafirmando su egoísmo
de sólo alumbrar su isla.
Esa luz que él posee
la comparte cuando quiere,
pues él firmemente cree
que compartir no es perenne…
¡Ay, mi faro solitario!
¡Que se ahogan mis ilusiones!
¿No ves que no son razones
poner al querer horarios?
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