CAMPESINO
Antiguo dueño del oro
de la plata y del cobre y de las flechas
Del aire de la tierra del agua,
De los frutos y del maíz
Dueño de tu historia
Y protagonista principal de tu destino.
¿Quién usurpó tus derechos?
¿Quiénes con título de propiedad sobre
tus chacras sobre ti mismo te pisoteó?
Y se hicieron y se hacen llamar propietarios
¿Dueños de la tierra y sus frutos?
¡No señor!
¡Su dueño eres tú, fuiste y sigues siendo tú!
Porque la tierra es como una hembra
Que abre sus entrañas a tus manos.
Se entrega a ti sensual y generosa
Tú eres quien la penetra con tus manos amorosas
Tú eres quien la posee con ansias milenarias
Con destreza de siglos de trabajarla y amarla.
Amarla como se debe, con el alma
Con la vida y con las entrañas.
Tú la embarazas sembrando las semillas
Tú quien la hace parir cuando llega su hora
Y cuando los primeros brotes surgen verdecidos
Abonas con ternura de padre en tu mirada
La cuidas, la abrazas la mimas con palabras lisonjeras.
Y los frutos eres tú quien los ve primero
Quien los descubre cuando el sol dora con sus rayos
La mañana campesina al despertarte el coro de gallos,
Eres tú quien los arranca de sus tallos.
¿Otros son los dueños de tu tierra?
Son dueños de la plusvalía.
¡Tú, eres su dueño! ¡Tú, no hay otro!