"La vida me llegó a confundir/ y yo sin poderlo notar,/ me acostumbré tanto a reír/ que olvidé que también podía llorar".
Mis amigos todos me invitaron a probarla
y desde entonces no he podido agradecer,
tanto me gustó que no he logrado dejarla
y mi vida... vida ya ha dejado de parecer.
Todos mis amigos me invitaron a consumir
para olvidar mis problemas prontamente...
Era para mí una original manera de evadir
los laberintos de angustias en mi mente.
Yo los he visto contentos, quizá demasiado,
flotan en sus nubes gigantes e imaginarias,
al verlos sé que ninguno de ellos ha olvidado
tomarse puntualmente todas sus dosis diarias.
La verdad es que tengo mucho para elegir,
entre tanto que me ofrecen es variado el menú,
son tantas cosas que a veces no puedo decidir
y hay para todos, puedo tomarla yo... o tú.
Lo cierto es que en mi cuerpo hacen maravillas,
me povocan volar y hasta deseos de suicidarme,
puedo incluso fumarla o consumirla en pastillas
y si no, tengo también la alternativa de inyectarme.
¡Ah! Y no hay nada mejor para bajar de peso,
si vieran ustedes lo delgado que me he puesto
y ahora mi mente inicia unos viajes sin regreso
y ni hambre me da y hasta sin comer me acuesto.
Admito que con mi familia me porto diferente,
con mis padres y hermanos estoy muy agresivo,
es que siento odio en general contra tanta gente
que dice que aquello que consumo es el motivo.
Me rebelo contra la sociedad, los mando al carajo,
nadie con sermones mi actitud de hoy transforma,
¿yo para qué rayos quiero el estudio o el trabajo?
Al fin y al cabo el dinero se consigue de otra forma.
Nunca me faltan buenos amigos que me inviten
y en eso, no me puedo quejar de mi gran suerte,
porque me suministran tantas cosas que permiten
que viva esta vida... tan parecida a la muerte.