Mire la lluvia cayendo
sobre mi alma.
Alma académica
de horario incierto,
salpicado de rumor horrendo
de mi cuerpo enfaldado.
Mira,
contémplate
en tú alma hastiada.
Hastiada de la lluvia,
como del agorar estéril
y del letrado acierto.
Pero todo lo soporta el alma
con avariciosa paciencia.
¡Sí pudiese con mi carga!
Mi hastío se estremece
en mi alma
de cada rato huido.
Si pudiese hundiría mi mano
en la eterna luz:
Que alumbre mi alma
porque una brisa nueva llene
mis instantes muertos
asidos como puñales a mi alma.
Soy poeta…
Tengo alma…
Soy asceta…
Soy tu hermano.
Autor:
Críspulo Cortés cortés
El Hombre de la Rosa
24 de octubre de 2011