Simplemente no me imagino
que me toquen otras manos
que no sean las tuyas;
que me acaricien
y puedan llevarme al cielo,
como bien lo supiste hacer;
como bien supe responder.
Sin embargo,
tus manos ya no reparan el daño
que nos ha provocado el tiempo.
Sí, nuestro amor se gastó;
y por alguna extraña razón
no lo supimos reanudar;
no intentamos reanudarlo.
Pero aun no lo asumimos,
sé cuán difícil es hacerlo.
Me pongo en tu lugar,
no quieres que se acabe;
pero ponte en el mío,
no puedo seguir esperando,
no debo seguir creyendo
que habrá algo nuevo en ti
que me motive a seguir.
Tus caricias no son las mismas;
tus besos ya no me causan
la satisfacción de aquellos tiempos
en donde una mirada
me llevaba a la locura;
en donde una mirada
me sanaba de todo dolor;
en donde una mirada
lo podía todo
y estaba por sobre todo.
No lo sigamos forzando,
sabemos que ha caducado;
dejémoslo en un bonito recuerdo,
que no se vuelva en una condena
que debamos cumplir.
Aunque el sentimiento siga;
que tú me quieras
y yo te quiera,
ya no es suficiente...
y nunca más lo será.