Cuando trato de comenzar a escribir y montar nuevos significados a las palabras, me llevan indefectiblemente a ti, no hay manera de escapar, de una u otra forma se acoplan a la opulencia de tu cuerpo convirtiéndote en el péndulo de mis pasiones.
Rayo las celdas de los miedos desdibujando límites, pero mis deseos como guerreros agotados me abandonan ante tanta duda trazada mientras el amor se vuelve llano. ¡Culpable quien ideó este camino y la ceguera de monólogos que buscan respuestas! ¡Culpable quién nos pintó paraísos en otras esquinas! y culpables los que disfrutan a la espera de la palabra desgarrada…
¿Será en verdad que ellas llegan a desgarrarse?
Me embarqué, si, en este baile de disfraces, máscaras y voces ¿quien sabe porqué o como sucedió? Tal vez alguna especie de vacío o de noches apagadas reclamándote.
Solitarias horas nos encapsulaban en jaulas separas, pero aún no puedo hablar de ausencia ni de fantasmas.
Tengo entre manos suspendidas
Mil maneras de amar
Mis ganas en penitencia contenida
Palabras que no se como callar
Ausencia cargada de deseos
Ejércitos de sueños por concretar
Un cuerpo en perpetuo desvelo
Tengo heridas que no aprenden a sanar
Un alma descarnada en espera
Crueles barricadas que no logro cruzar
Tengo sangre latiendo en tinta
Y mi suspendida manera de amar.