Tras la faz de un payaso se oculta una tristeza,
porque esa es la belleza que al payaso identifica.
El payaso abre sus brazos, y en su cara se dibuja una sonrisa;
que va ocultando en su alma lo que esconde con su risa.
Con lágrimas que se asoman cuando mueve sus pupilas,
van bajando por su rostro y mojando sus mejillas.
Que bien que lo disimula , si su alma lleva herida
y entre sonrisa y sonrisa oculta su pesadilla.
Así soy yo, como el payaso del circo;
que hace brotar la risa, que hace que la gente ria,
aunque él esté sufriendo y que su corazón, tenga la fé perdida;
ve escapar las esperanzas que fortalezcan su vida.
Yo no quisiera llorar, pero hoy estoy llorando,
y hay quien llora de tristeza y otros lloran de alegría
y yo sé que no comprendes porque llora el alma mia;
¿Sabes por qué? porque de mi amor te olvidas.
Hoy yo entiendo a los payasos,
que ocultan con su antifaz las ilusiones perdidas;
y ante un público demuestran otra cara de la vida,
Así soy yo, no te lo niego
quizás como aquel payaso despues de su función rendida.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita