Dejo mi ventana abierta,
el viento sopla dulcemente y me abraza,
acaricio entre mis manos la rosa blanca,
esa rosa que un día me regaleste con una carta,
hoy la he vuelto a leer, como cada día frente a mi ventana,
las lágrimas de mis ojos se derramán,
y recuerdo dulcemente como me mirabas,
siento tanta nostalgía,
mis labios susurran tu nombre a la brisa del mar,
y mis lágrimas cual perlas se funden en las olas del mar...
recuerdo dulcemente la ilusión de tus ojos que me hacian suspirar y creer que podía amar,
ilusión dulce y pasajera...no me dejes sumida nuevamente en esta nube gris de tristeza,
dejame sentir la ilusión de volver a amar, de sentir una vez más que soy capaz de amar.