Que extrañas paredes, parece sienten el frio de sus huesos metálicos y quieren correr como las sombras matutinas. Pero es que este piso también se ve ceñido, hecho de vísceras de tierra profunda, con escalofríos de pasos lejanos. Que extraño techo, sé oculta sus alas, apenas acabe la lluvia alzará vuelo sobre las vidas que ha visto pasar. Cemento forzado a serlo, metales cuya dureza no les sirvió de nada… mujer, sin ti esto nunca será un hogar.
LRL
24-10-2011