Yo veo el tornado de existencias
de sombras que viajan entre ustedes,
puedo sentir a tu lado, esa presencia
de la que se burlan los libros negros
de letras nuevas, viejas y muertas,
pero son los muertos que te acarician,
te hablan, susurran suavemente
y no escuchamos su dolor,
la soledad que se esconde en los árboles,
que la brisa de la noche se lleva
a patios ajenos y los perros se asustan,
ellos tratan de aferrarse al aire,
no quieren salir de esta casa,
pero se irán al mar y navegarán
en la oscuridad de un cielo sin estrellas .
Algunos se niegan a verlos,
están ahí caminando sin rumbo,
cuando sientes un frío extraño,
uno de ellos te llama, te quieren hablar,
si escucha voces en la noche,
tu hora se acerca con su vestido blanco,
te avisan que estar con ellos será pronto,
que te prepares a viajar por el jardín,
que no te asuste el ladrar de los perros,
que nunca irás a otros mundos,
solamente las aguas del viejo mar
será la eternidad que verás para siempre.