Volverá el amante perdido, al encuentro de esos tus deseos caprichosos, llegara escondido entre los reflejos de luz que se escapan de noche, Vivirá cien sonetos escritos con la sangre de aquel corazón que ansioso has de tener.
Sutil será la tinta que escribirá en tu espalda, delicado el tintero en el que reposa la pluma con la que se ha de dibujar la historia en la que un beso de último aliento haga eco de esa desdichada partida.
Se alejara el amante hallado, tranquilidad absoluta por su partida, seca la tinta sobre el papel que se quema, intento desesperado por borrar de la mente un recuerdo, historias contadas entre besos de último aliento.