Cuatros fusilados por el mismo amor;
fusil ergonómico tangencial de sus senos.
Ella los amaneció a todos con sus municiones
de parpado fulminante.
Cementerio de amor, tierras sagradas
detrás de sus pisadas.
Una mosca poco amigable se bandea por
mi guitarra que pierde cuerda en la vereda
desencajada ante la mirada desatenta
de los signos y de ella.
En la plaza detrás
de la fuente bermellón
agota sus ahogos de risa pasajera.
Con un manojo de cartas en sus manos
ya mira, su nuevo botín... acaramelado.
Quedan escasos bares donde posar libros ajenos y
pocos espejos donde verte,
es señal de delirio...
se suelta la lengua libre al precio
módico del alcohol barato.
En mi terraza mis pies se desatan.
Desde tus pies mi terraza ya es verde primavera.
Sentado en el último bar de los deseos
el fantasma de Agustín Lara se burla de mí.
Pedimos el último trago
a la salud de Chabela Vargas
y botamos los núcleos al agujero.
Quien pintara? al detalle este ocaso
de libre albedrío cósmico
Quien dirá? es un callejón sin salida
este amor de oleos en movimientos.
Partituras acuareladas rescatadas
del último terremoto a la señal...de tu ceño.
Ya dejé de mirarte sírveme
tu aguardiente de frente....
a la mascarilla de tu retrato al espejo.
Despoblado de caracteres,
presto atención al arbusto exiliado y
las sombras de tus piernas.
Tengo frío de morir realmente por ti...
Ay!!! de los fieles que atan nudos
por olvidarte...
Una silla vacía de emociones espera...
a la sombra de tu par....par de tetas...