“Hasta aquí llegó el letargo !”
suspiró el joven soñador.
El anciano que lo miraba despectivo palmoteó su hombro con orgullo
y una sonrisa paternal.
Básicamente lo básico y protocolar
llegó hasta el tope de lo estético.
Las estrellas chuecas de colores
comienzan a mermar cuando tu llegas.
Oh glorioso fantasma colectivo!
te haces presente
una vez más como tantas otras.
Trayendo el valor consiente a esas manos
que sostienen verdades cartonescas.
Con el puño alto y la garganta rasgada,
miles de miles caminan despertando los somnolientos edificios
que han visto tu aparición mas de una vez entre las gentes.
Que se escuche fuerte y claro
que se escuche fuerte y claro!,
pues seguiremos gastando el asfalto con nuestro sublime andar.
Que la muerte no sea tope,
sino estimulo.
Que el fantasma no se vaya
en el momento de los obsequios