Una hondura inmensa,
Un aturdimiento lejano,
Así son tus ojos, como el océano
Así me atrapan, ante ellos no hay defensa.
Un manantial de dulzura,
Un saciador de bastos deseos,
Así son tus labios, como éxtasis de locura
Así agradan a los míos, y los míos adictos a ellos.
Los pétalos vuelan en el aire
Acariciando mis mejillas
Como un beso de tu ser alegre
Me coloca ante ti de rodillas.
Como las manos ante cálido fuego,
Una tibieza paralizante y laxante,
Así son tus manos, cuando las robas como en juego
En el momento, Solo queda más desearte.
Silenciando mí deseo puedes interpretar mi necesidad
Cuando de miradas te rodeo Como dispersando la realidad.