La parquedad es consumida por mi vehemencia
en esta tormenta, donde intento callar al silencio
En medio de esta tempestad me acoge la calma.
Y me resguardo de la voluntad de Dios.
Dentro puedo ser una niña y evitar el peso de la razón.
En esta noche la conciencia me persigue,
Y los gritos se esparcen con el viento,
se escapan los sueños que no anhelo,
y el silencio desembarca en la parte visible de mi alma
me pongo a pensar
¡Que delito mas grande.¡
¡Que pecado mas insaciable.¡
Deambulo entre el mar de mis sinrazones,
Buscando una respuesta a mi desgano,
y me enredo en los acertijos del porque , del talvez.
Tomare como un lago que bebe de la lluvia,
para ser inmenso, para ser mas.