"Mentiría ahora si te digo/ que no pienso en lo que viví,/ cuando no supe qué hacer contigo/ para luego no saber qué hacer sin ti".
Hola. Llevo unas cuantas horas sin comunicarme contigo y ya me parece una eternidad. Creo que hay una especie de “cordón umbilical” que nos une y no admite separación. Juego a ser fuerte, a tener corazón de piedra para no extrañarte. Estoy pensando con cuáles argumentos podré engañar a mi alma para que entienda que a partir de hoy, ya no estarás. ¿Cómo se combate la nostalgia? ¿Cómo le digo a mis manos que ya no encuentro el camino por donde hallaba las tuyas? Dime cómo haré para mentirle al espejo, él me conoce y no aceptará que le hable de olvido, no permitirá pretendidas sustituciones ni gestos que le expresen algún sentimiento... sin ti.
Imagino que tendré una pelea con mis sueños porque ya no querré verte en ellos y sé que ahí estarás. ¿De quién le hablaré ahora a mi almohada si no es de ti? Ella sólo conoce nuestras historias y al igual que el espejo, no admitirá episodios en los que tu nombre no figure. Leo libros que no leí contigo y se me borran las letras, oigo música que no escuchamos juntos y no la entiendo. Me siento absurdo ¿cómo se hace para que algo absurdo deje de serlo? ¿Dándole sentido? Entonces tengo un gran problema porque nada tiene sentido si tú no estás.
Estoy como un soldado preparándome para la batalla de estar sin ti, de tratar de sobrevivir a tu ausencia, preguntándome si alguna vez podré olvidar la humedad de tus besos. De nuevo digo que me siento absurdo porque no hay nada lógico en esta soledad, que me tiene como te dije, jugando a ser fuerte, tratando de buscar esta noche tu luz, porque sé que mañana a pleno día, ya no podré encontrar tu sombra.