Diaz Valero Alejandro José

Una historia de novela

Ya le he comentado, señorita

que soy un hombre entrado en años,

que vivo pensando en mis cuitas

de un viejo y perturbador desengaño.

 

Usted en mí se ha interesado

sin importar lo que la gente hable

y confieso que me ha entusiasmado

aunque tal vez, pueda ser su padre.

 

Yo vivo hace ya algún tiempo

una experiencia muy dolorosa

fue un amor que trajo tormento

porque no pudo ser mi esposa.

 

Ella se fue con el fruto en su vientre

y no supe jamás de su existencia

pero yo, la he amado siempre

y por eso vivo en reminiscencias.

 

Tristemente al verla tan risueña

con su alma tan tierna y soñadora

así de repente se me parece a ella

y me trae imágenes evocadoras.

 

No piense que con ella la comparo

pero es tan grande el parecido

que de pronto incapaz yo me declaro

de sentir de cerca sus latidos.

 

Y aquel hombre de modo responsable

hizo investigaciones de su vida pasada,

y pudo descubrir que él era el padre

de aquella que como hombre lo buscaba.

 

decidido fue al sitio donde ya sabía

y todos le vieron confesarle

el amor tan grande que por ella sentía

no amor de hombre, sino de padre.

 

Ella lo abrazó sin hacer preguntas

y mientras sus lágrimas caían rodando,

le dijo que su madre era difunta,

y ambas siempre, lo estaban buscando.

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