Ya le he comentado, señorita
que soy un hombre entrado en años,
que vivo pensando en mis cuitas
de un viejo y perturbador desengaño.
Usted en mí se ha interesado
sin importar lo que la gente hable
y confieso que me ha entusiasmado
aunque tal vez, pueda ser su padre.
Yo vivo hace ya algún tiempo
una experiencia muy dolorosa
fue un amor que trajo tormento
porque no pudo ser mi esposa.
Ella se fue con el fruto en su vientre
y no supe jamás de su existencia
pero yo, la he amado siempre
y por eso vivo en reminiscencias.
Tristemente al verla tan risueña
con su alma tan tierna y soñadora
así de repente se me parece a ella
y me trae imágenes evocadoras.
No piense que con ella la comparo
pero es tan grande el parecido
que de pronto incapaz yo me declaro
de sentir de cerca sus latidos.
Y aquel hombre de modo responsable
hizo investigaciones de su vida pasada,
y pudo descubrir que él era el padre
de aquella que como hombre lo buscaba.
decidido fue al sitio donde ya sabía
y todos le vieron confesarle
el amor tan grande que por ella sentía
no amor de hombre, sino de padre.
Ella lo abrazó sin hacer preguntas
y mientras sus lágrimas caían rodando,
le dijo que su madre era difunta,
y ambas siempre, lo estaban buscando.
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