Miguelmo

La gracia de nuestra amistad


Es como las notas a las puntas de mi yemas

sintiendo la hermosa tonada de su voz

a simpatía de un piano afinado,

y lo blando como solo lo es un seno.

Es como las palabras en la punta de mi lengua

tan mágicas que pronunciándolas como hechizo

deshacen el tiempo de mi vacío.

Es el olor de la primavera

que se le ve marchitar en los libros

y se le extraña justo al terminar la estación

en el lugar donde se formó.

Es aquello que hace del orgullo una carga mas ligera

para este corazón apenado por no ser mas noble.

Es el brillo de la estrella mas cercana,

calida bajo las sabanas

que mata la pereza en un día de invierno

y hace que sea tan difícil levantarse después.

 

Es la tonada pesada que ahoga en el pecho,

y que se derrama como enredadera

por el mesenterio.

Es una guerra perdida de almohadas

con plumaje hecho para el vuelo, la risa,

y las cosquillas que me aterrorizan.

Es la brisa que empaña mis ventanas

y no me deja ver el día de mañana.

Es el pasado que duele recordar

cuando soñaba despierto siendo aun el que era.

Y es ella quien era en ese entonces 

y quien seguirá siendo en mi mente,

solo por que la memoria es infiel.

Es de ella el amor de un pobre y prueba

de que todo puede ser,

es el azar en un futuro no escrito.

El choque de dos rocas en un mismo

tiempo rodando ladera abajo, creyendo

que llevan el mismo destino.

Es el mérito que se busca toda la vida

y se recibe aun después de muerto.

La consideraría mi fuente si esta

sed fuera saciada del agua inocua

que hay en pozos de deseos y en rios viajeros,

pero es mas bien como la llave

a la medida de un espacio que solo es de ella,

que abre el alma y enamora.

Es la gracia de su amistad

un capitulo entero de mi vida

dedicado a mi amiga.