Ámame,
que todavía quedan,
capullos blancos en mi ocaso.
Ámame ,
que aún no se ha silenciado
la azul mirada de mi existencia.
Ámame,
que todavía cargo asegurada,
las sandalias de la vida.
Ámame,
que aún mis labios están frescos,
como la brisa sosegada de la tarde.
Ámame…hoy,
que todavía mis ojos pueden verte
a través de la pureza de tu alma.
Ámame,
que aún tengo rosas frescas
colgando de mis dedos.
Ámame,
no vez que la vida hace aguas,
cuando mis labios anhelantes buscan
la miel pura de tu boca.
Ámame.
hoy que aún mis alas pueden
emprender el vuelo
hacia distantes mañanas.
Ámame,
amor, ámame.