No te digo adiós porque esa palabra
entre sus letras encierra una mortal tristeza
que una vez ya laceró mi corazón.
No te digo adiós y ni una lágrima
dejaré caer de mis pupilas,
ya estoy curado de las penas que matan.
En el bosque de mis recuerdos
dejaré tu nombre escrito
para que cuando vayas a buscar sombra
te acuerdes que un día fuimos un solo cuerpo.
No te digo adiós porque mis pasos
han vuelto a recoger sus huellas
y si es mi destino vivir en soledad,
viviré sin amor y sin anhelos.
No te digo adiós sino hasta luego
y perdóname por no saber amarte.
Eugenio