En el andar de nuestra vida
Hay seres que se anidan en nuestra alma
Sencillos, simples, sin más orgullo
Que la armonía de su calma.
Son los caballeros del tiempo
Gentiles y amables que en medio
De una selva llena de bestias salvajes
Su mirar tranquilo y su lenguaje sereno,
Nos muestran en su humildad
De que allí habita el Nazareno,
Para nosotros los simples mortales
Dudamos ¿es timidez o sencillez de alma?
Donde la ira se transforma en calma,
La palabra hiriente, en sermón de Dios.
Ellos son los amigos invisibles
Que al pasar por la vida,
Son como una brisa cálida y libre
Que nos llenan el espíritu de paz
Y armoniosa tranquilidad.
Para ti amigo Gabriel:
Que Dios Padre habite siempre en tí
Gracias por compartir tu sabiduría
Y tu palabra, que están siempre
Abrazadas a nuestra piel.
Para un Profesor sabio
Y que se puede llamar Maestro
“Gabriel Salinas”