Cuando despierto
siento la vida a mis pies,
digo para mis adentros:
¡Gracias Dios mío por el amor!...
Un sentimiento profundo,
aparta diferencias,
imprime rítmo a la vida,
aleja la rutina y el letargo
para invitarnos a soñar...
La naturaleza lanza signos,
símbolos y mensajes,
a cada instante;
nos llama a compartir...
Dejemos de lado el desaliento,
la culpa a las cosas pequeñas,
para vivir;
razón de nuestra existencia...
Detengamos un instante,
un espacio, un momento,
para descubrir nuestro ser;
enigma de la vida y del amor...
¡Siempre nos acompañan!...