Se marchitan las letras
claudican ignoradas
a la sombra del recuerdo
por la ausencia de tu mirada.
Se seca mi trova
sin el rocío de tu aroma
se ahoga en silencio
añorando, el roce de tu aliento.
Se despluman las alas de mi prosa
por el flechazo de tu indiferencia
quedan en el suelo sin alivio
al pensar que pertenecen a tu olvido.
Se muere el poema
por la sed y el deseo de tu cuerpo
y es que sin ti
¡no tienen vida mis versos!