Mi descanso sobre tu boca,
hace remanso en la ternura.
Como esa neblina blanca
del cayo de las amarguras.
Mi descanso sobre tu reposo,
es mas que la marchita poesía.
Con esa neblina blanca
como espuma sobre las cervezas.
Mi tenor adiós se fía de tu saludo,
en la vida de los que son eternos.
Como esa neblina blanca,
tan blanca como tus alas.
Mis ojos son monedas en los bares irlandeses,
comprando luz la noche entera.
Como esa neblina espesa,
tan espesa como mi voz.
Desconozco tus tristezas,
esas que se filtran en el recuerdo.
Como esa puta neblina,
colándose en mi habitación.
Tu canto Gospel de ballena,
se disfraza de orgasmo erudito,
tan puro y tan infinito.
como la neblina de tu encaje.
Tu piel de noche serena,
tus ojos de avellana madura.
Como esa neblina hermosa
de los lunares de tu cintura.
Mis cartas de remitente absurdo,
se pierden en el horizonte nevado.
como ese espasmo del invierno,
en el tibio jardín de tu pelvis.
Como un Dios que muere redentor,
como ese mártir descorazonado.
Como esa neblina dispersa,
en el nido de tu tejado.
Blas Roa