El día se despide
llega la luna
ataviada de ilusiones
escondiendo fantasías
en la brisa nocturna,
y despierta la pasión
de este furtivo corazón
que sólo anhela
evocar las emociones
que atesoras en tu lecho,
entretejer
acaloradas sensaciones
aprisionando tu pecho,
sorber entre gemidos
el aroma de tu deseo,
y regalarte mil copas
del licor de mi cuerpo,
¿Podría alguien embriagarte como yo?
¡No!