Sucede que uno quisiera tener un amigo
con quien compartir el café de la tarde
alguien para mirar las estrellas
o caminar como niños bajo la lluvia
o simplemente leer un rato poesía
Pero a veces hay miradas grises
hay frutos podridos entre los árboles,
hay voces que saben a sombra y dolor,
hay niños abandonados y mujeres golpeadas.
A veces hay sueños sangrando
y atardeceres coléricos y oscuros
que no sirven de nada
Sucede entonces que maldecimos al día
y hasta olvidamos al hermano poeta
entre edificios y trenes y promesas
solo al presentir que la alegría nos huye
y el amor nos huye como una luz apagada
y no hay amigos en nuestra casa
Veo palabras quebradas en el corazón
o suplicas vagas en la esperanza
y nos dejamos vencer por el fracaso:
constante, directo, burlándose de nosotros,
mientras nada haga cambiar al hombre!