Más que unos pocos saben mucho,
menos que muchos saben poco.
Y entre muchos pocos
y algunos pocos muchos;
la balanza se equilibra,
hasta el punto en que se añade,
la justa pimienta y sal.
Tan justo es el que suma,
como aquel cual quita y resta.
*** *** ***
Búsquenme en la tierra mía;
esa exenta de fronteras,
donde manzana podía,
ser mordida y redimía
-degustada por entero-
en la que incluso el pero añadía,
jamás le restaba a ningún quiero.
A los quiero disfrutar la vida,
plena, con toda su presumida,
variedad cual contiene portento.
Búsquenme allá donde anidan,
bajadas de asta, banderas,
y si estuvieran alzadas,
su tinte descolorido,
denotaría la impronta,
de sus gentes y sus huellas.
Y de la siembra sus campos,
pletóricos de aromas y luz,
arroparían la flor de naranjos,
la salud de retorcidos olivos,
y a la vejez de los robles,
sin duda le regalarían
la amplitud de sus cultivos.
Encuéntrenme aquí donde siempre anidan,
semillas que se esparcen decididas.
La dicha las sustenta,
la dicha del otro que es mía.
La que con su equilibrio; de pie pone una aguja.
como tratándose de magia bruja;
y esto que cito es por suceder,
que reposan sus anhelos
en buenas nobles medidas.
Y se aprendió en mi tierra,
tanto del bien que sentencia tan injusto
como también de ese mal
que bien ceñido a lo oscuro,
engaña terco y cordial.
Con fusión tal...¡crece mi tierra!...
teniendo libre a mi ser,
y respirando desnudo.
318-omu G.S. (BCN-2011)