A Ernesto
¿ Quién dirá tu nombre Ernesto,
cuando olvidarás tu edad de acero?
El cielo se hace paso de silencio,
te abrigan de recuerdo las horas
sin abrazos y la palabra inmóvil,
sin amigos.
Hace siglos estás ahí, Ernesto,
fundido con el polvo de la calle,
con el viento.
Y sin embargo tiene cien preguntas
tu cabeza, tu cabello esfuma lento
en los barrancos de la vida y tus ojos
de carbón ya lloran piedras.
Entre vos y yo miles de años.
Y te insinúas, de niebla,
en mis paredes, cara sucia,
que ya no puedo oír que de tus ojos.
Dejaré escapar un ángel que te llame,
que te ame, que de vos pinte milenios,
hojas, tierras.
Y pensaré de vos que sos estrella,
cómplice de los mares, jardín,
luna.
No existirá un olvido que te olvide, Ernesto.
En mí resonarás como ninguno.