Cuando la tempestad me azota.
cuando la sal del alma me invade,
cuando me sentía partir en mil,
cuàndo me acongojaba el desamor.
Llegaste entonces como colibrí,
sùtil, encantadora, llamativa,
a mis ojos tendenciosos,
que, voltearon de inmediato.
Cautivaste, màs que mi atención,
Y hoy te busco en ese cielo,
De mis mañanas deseadas,
Donde solo tù eres la causa,
El efecto esta en mis ojos,
Que empiezan a brillar mojosos,
Será porque te han visto de lejos,
¿Qué será cuando estès cerca?
La cárcel de mis parpados,
Se abrirán a la luz de tu alma,
Mis oídos ayer mudos,
Escucharan tu corazón.
Mi s manos ayer atadas,
Libertaran mis caricias,
Que volaran a tu cara,
Que volaran a tu vida.
No sè, si las recibiras mañana,
Pues han salido de madrugada
Y es largo el camino, lo sè,
Pero peregrinaran cantando.
Y como manda de fe
Les he encargado
Que acaricien tu pelo
Tu s labios y tus ojos
Pero màs que intenten
Por dejar solo un beso,
Ahí donde se esconde,
De mujer tu alma.