FELINA

¡SANGRAN LAS LETRAS!

Mis letras me reclaman por perder la fuerza,

la pluma sobrepuesta, me hace sentir,

que mi corazón ha dejado de latir,

ya no hay profundidad de sentimiento.


En desorden escribo sin fundamento,

tachones y más tachones y un montón

de regueros de tinta... ya no me concentro.


¡En dónde quedó la caligrafía!

¡En dónde está la buena ortografía!

¡Errores que son horrores en todo momento!

¿Será que ya habrá muerto

el poeta que llevaba dentro?


Mis versos, ya no son como en otros tiempos,

que derramaba todo el sufrimiento,

sobre el pergamino amarillento

y hacía que mi alma vibrara

cuando cada lágrima afloraba.


para caer en  gotas de diamantes, al tintero,

para mezclarse, con el sentimiento

que quería expresar al momento.


Mis poemas ya no dicen nada,

ya no se quedan adheridos

en la pupila de quien los lee,

todos pasan indiferentes...

ante mis letras deprimentes.


¡En dónde quedó ese ímpetu

que me obligaba a plasmar

cada vocablo con intelecto!

¡En dónde quedó la fierecilla

que a cada verso le imprimía

ritmo y sentimiento!


Ahora sangran las letras...

esparramadas sobre un fieltro,

heridas de muerte,

esperando a ser leídas.


Ya todo carece de sentido,

dejaré la poesía en el olvido,

ya que la inspiración se ha ido.

Felina