La enamorada lo resiste todo,
hasta los años que se le han volado,
hasta las gotas que ha derramado,
cuidando a no perder el último recuerdo.
Y al volver a escuchar
la melodía de aquel amor
que destrozó su corazón,
las aves la rodearon
transmutándose en un ángel,
a distancia de su gran amor.
Un alma sacrificada en el dolor.
Y al no querer manchar
la imagen sublime de su pasión,
elevó sus alas, inmensas como su deseo,
llevándose consigo el secreto fiel,
el recuerdo de lo extraviado,
porque a pesar de todo
resistió las tempestades,
y en las cascadas del corazón
queda viva y muda la esperanza
por el regreso de de su pasión.