Suspiros me restan, suspiros me quedan.
Al cielo le grito que me regale estrellas.
No vuelves, no volverás.
No regreses, ¡qué bien me hará!
Caminos ando pidiendo favores;
que si estoy conmigo,
a veces no es cierto.
¡Amores inciertos que se vuelven lamentos!
¿Para qué enamorarse?
¿Para qué existen amores?
Mis penas se desaminan,
mi alma afligida quiere mostrar,
ya no más penas, sino alegrías.