Anote en el cuero de mi alma
La distracción de vivir,
Trásfuga en mis heridas, lo que me implante
A conciencia antes de morir,
Fue grabar en el corazón
Lo antaño para seguir,
Donde las alas se doblegan para,
Refugiarme al desaire de disimular,
Que lo interno es solo un sueño,
Una fantasía que mitiga a los días,
Donde la imaginación vuelca fluidos internos
Y sometidas tras la inconciencia se remiten
A ello a soñar, sin desvelo,
Ese miedo que a veces se siente a lo incierto
Es el miedo que da avanzar,
Y velados por el cielo,
Tememos eso tan nuestro, soñar,
Solo por un momento,
Convirtiendo
En eterno lo imperfecto,
Porque aprendí
Que al hombre se le doto de intelecto
A falta de ganas de soñar,
Por temor a crecer y llegar a viejo, y envejecer,
Transpuse mi sangre al papel, quise volar
Una y otra vez, busque refugio,
Y lo encontré, tras un papel,
Vi que cada segundo que me aburrí
Ya lo perdí,
Vi cada mirada hecha sueño,
Y soñé con seguridad,
Vi la tristeza hacerse añicos,
Y al olvido callar,
Termine por elevarme,
Sentí refugio, calor
Y libertad,
Un suspiro de aliento renovado,
De todas las cosas que vi fue al
Hombre someterse y callarse,
Limitarse y dejarse,
Lo vi sin sueños desecho y flagelado,
Lo vi con temor a encontrarse,
Y con miedo a lanzarse,
Calque en mi piel, recuerdos,
Para plasmar felicidades,
y me remordió pensar que todo era nostalgia,
Todo me dio igual, igual seguí soñando,
Y desperté, y me violo la realidad.