- PUREZA -
Mañana tendría tres caras,
tostadas igual de crujientes,
y las festejaríamos en el bar,
mientras lloviera o nevara, quizás,
en cualquier islote de las aceras.
Puede que nos añorara alguien
entre cristales bañados de vapor,
y que nuestras risas distinguieran siluetas
a la par de los ignorados estáticos,
y hasta que sin mencionar la película
nos adosásemos a un final
que nos salpicara los ojos de lluvia
a despecho del cierre que nos perturbara.
Seríamos capaces de besarnos con labios,
de madrugar un horizonte habitable
que recortara nuestros cuerpos
cercanos a la desnudez de una mano.
Sin decirnos, escuetamente confiados.