Eternos son tus besos que me atrapan,
sutiles son tus manos, acarician mi alma,
sublime tu cuerpo, se desliza en mi cama.
Contemplo a mi lado, deshabitado.
Hoy duermo entre rocas, abrazado la arena,
frío, oscuro, niebla, el agua todo lo lleva.
Olvido son tus ojos, vago es tu recuerdo
a mi lado una extraña, que miro y no deseo.
Cansado de mirar sin verte,
desarmando y construyéndote a cada instante
hasta ser inconciente de mis actos,
vuelvo tocar la nada, perderte.