Fernando Curiman

Caerás en mi sonrisa

Hierba cristalina va creciendo en los tobillos ancestrales,
blancos y delgados de la virgen olvidada.


Laten rígidas aquellas imágenes desnudas del misterio acostumbrado.
Laten pues son humanas como dios y su corona.
Tan humanas como la redención amenazante.
Como el gemido de las épocas.


¡Apartaos de mi el universo melódico y su divagar paralelo!
¡Porque somos hambre nos volvemos ironía!
¡Porque somos ironía nos volvemos hambre!


Y el polvo de mis huesos caerá libre a través del aire,
volando, flotando, brillando.
Muerto en belleza libertaria entrará por las narices imperiales
Callando para siempre el error máximo del estancamiento perenne.
El error milenario del animal robusto.


Caerás Cristo,
Caerá tu imagen vendida.
Y en mi sonrisa oirás trompetas martillando
las sagradas partituras afónicas de tu canción asesina.