Centellaban candentes las estrellas,
reflejando tu gracia al observar
bailoteaban entre el duelo y la vigilia,
que asomaban al compáz de tu mirar.
Alardeante mi entero corazón,
que de magia en la noche se envolvió
trás tus ojos misteriosos y estilados,
que trastornan a este humilde servidor.
Entre rítmos de luciernagas y grillos,
que entonaban melodías al azar
bajo el manto impecable de la luna,
me permito,tu cuerpo abrazar.
Caminamos por jardines aledaños,
más son cómplices los árboles al ver
el encanto de dos seres que se aman,
entre risas y palabras,sin ayer.
Complacido el camino trás los pasos,
de dos enamorados soñadores
que se encuentran en una sola carne
y persiguen un mundo de ilusiones.
Solo existe en el presente un acierto,
más allá de la vida o de la muerte
y es tu alma que habíta,aquí en la mia
y es mi alma que goza con quererte.
Sil.