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Más allá del negro


Antes del pasado ( mucho antes)
cuando los relojes
-indispuestos-
no señalaban concretando un tiempo
ni con manillas, ni con digitales,
antes de las sumas,
divisiones y restas,
antes del antes de los hombres,
y que la tierra fuera tierra,
antes que los cometas volaran
y los gases existieran;
y que la tibia luna nos acunara.
Antes de todo esto…
Ella palpitaba.

*** *** ***

Antigua oscuridad;
oráculo puro.
Fue tu oscuro volteado
-sucesivamente-
sobre un mismo punto (dueño de si mismo)
Punto. Que sin arrogancia pero despiadado,
de tanto comprimirte
consiguió que te movieras
consumiendo la propiedad de un espacio;
espacio ya rebosante, colmado,
tan lleno, que por su plenitud ya estaba agotado.
De su tránsito repetitivo,
de su incoloro aburrimiento;
y desde su monotonía alumbró,
la majestuosidad del negro.

 

Ese negro penetrante que a su vez,
absorbe a aquel que lo mira.
Negro; de un mate profundo,
negro que sin brillo se sostiene,
al buscar nadar en sus pupilas.
E incapaz de perdonar
a su homónimo azabache,
achica, le resta color menguándole
vistosa intensidad,
le hace decrecer con esa innata,
su potencia inicial;
sucumbe,

ante el negro de la oscuridad decae.

 

Negro,
negro hondo,
fuente y pozo;
secuencias y partes de un ayer que es hoy.
Negro, cual es significado,
señal del pre pasado
¡estigma imposible de borrar!
Que en su desánimo monoplasmático quiso inventarse
la dualidad, su contrario;
¡un sol!
Y para ello desprendió,
una lágrima nacida del casar con el antojo:
la libre y autosuficiente,
rauda y blanca luz.
Cual desde el antes que fue antes,
prosigue creando sin cesar,
sin perder el velo oscuro,
en sus figuras y telas.

318-omu G.S (BCN-2011)