Llegas fresca y silenciosa,
te asomas por mi ventana/
¡Oh ángel madrugadora!
tus rayos acarician la vida que me entregaste
y me das el lumbre de tu mirada/
en este enigmático día.
¡Oh alba milagrosa!
dibújame en el cielo su despertar,
sus silentes ojos, sus dulces labios fresa…
y plasma con tu lumbre
su silueta soñadora.
Y te vas de la mano
con el omnisapiente tiempo
y dejas a tu paso/ en el cielo grabado
la fantasía soñada de la bella rosa.