Luz y primavera
que absorbes mi vida,
mi preciosa dulcinea,
mi nuevo amor.
Brisa de los mares,
tierra que fecunda,
vas más allá de la rosa,
con tu cuerpo ondulado,
y música de encanto,
de viveza y de pasión.
Eres el canto que se eleva,
el fuego que vivifica,
y tus ojos son un dulce al despertar,
lucero refulgente, luminoso,
que la creación me pudo dar.
Mi nuevo amor, amor del bosque,
donde las aves trinan por tu belleza,
donde las mariposas revolotean
con la dulzura de tu sonrisa.
Eres la naturaleza
que hoy borra mi tristeza
con la hermosura que Dios te dio.