LLUVIA INCLEMENTE
Sin quien seque llantos, ni entone cantos
El caprichoso lienzo del cielo encapotado,
Languidece su gloria celeste al firmamento.
Para espantar demonios que traen tormentas,
Los gallos en el veleidoso vals de sus veletas
Crujen irreverentes por las arreboladas tejas.
Entusiasta se descarga una lluvia inclemente
Por todo balcón y por faldones en pendiente,
Serpenteando por las calles con su vertiente.
Se rebosa el vientre mordaz de las gárgolas
Que ya no velan asalto de brujas malévolas,
Sólo anidan amores sembrados por mirlas.
Trenzados al cauto temblor del último abrazo
Caen los polluelos de la ventura de su regazo,
A un pozo que brilla agitado por el chubasco.
Sus pardas alas en tul de incipientes plumajes
Ya no darán al tímido vuelo su nocturno viaje
Ni cantaran traviesas por los húmedos parajes.
© Derechos reservados
Propiedad intelectual Lucero Moscoso