Hay tanta libertad en un camino sin rumbo
tanta vida, tanta incertidumbre,
tantos tesoros aún sin nombre
esperando a aquel que venza sus propios miedos.
-Ve, ahora y persigue tus sueños:
empieza en la calle de enfrente
y dobla en la esquina,
sé tu propio dueño,
mientras no veas atrás serás libre,
mientras seas el hombre que camina
buscando sus propios anhelos.
Me lo digo a mi mismo.
-Ya hay muchos cobardes,
están por todas partes
atados a una estaca en los circos,
como los elefantes,
que no saben que su lazo es simbólico.
Valor se necesita para no ver atrás
la gente calumnia a la libertad
poniéndole etiqueta de cobardía,
pero ellos llevan un fantasma a rastras,
más de uno diría,
fantasmas de los sueños que no han logrado realizar,
fantasmas que envenenan sus palabras con envidia,
palabras pronunciadas por estatuas de sal.