Cuándo fue que el hastío en el florero
dejó que reposaran los besos
sin que el agua de la boca se enterara.
Cuándo dejaron de escuchar los pasos
los almohadones nocturnos
que llegaban
y asumían el sabor de los labios.
En qué momento la vida
se disfrazó de otra cara de la luna
tiñendo a la esperanza
tules grises.
Adonde se fue el instante
preciso de tu vuelo
la caricia que inmaculaba el fuego, la mano
maga que alguna vez incendiaba ombligos.
Cuándo fue que empezó a calcinarse el sueño
te pregunto
fundadora de gritos contenidos.