Porque cada espejismo en este desierto urbano es una vieja memoria mía?
Cada vez más exacta y perpetua…
Donde cada cielo… es el cielo de aquel 15 de Agosto en que la conocí
Y cada esquina… es aquella intersección miraflorina donde la bese cien veces.
¡Y despierto viendo ese cielo, y camino por aquellas esquinas!
Y su aroma, incienso y jazmín se dilatan en cada arista, en cada vereda de esta capital…
Será que me flagelo divagando en su recuerdo?
O es la ciudad la que me flagela a mí?