Te refugias en máscaras que pones ante la sociedad,
ocultando la debilidad en la que estás,
te crees el asesino en serie,
un adolescente que es maestro con su pistola,
apunta su víctima y éste reposa en una cama de tabla fría y oscura:
mientras tanto tú,
te vuelves el centro de atracción y miedo
todos quieren alejarte de tí
otros quizás vengarse de todos tus asesinatos.
Quizás estos escritos no sean poesía
pero son una realidad en un mundo cubierto de maldad,
dime hombre ¿qué cura, que remedio, que antídoto tienes para el alma?
piensas que matando se olvidaran tus problemas,
te vuelves artífice de tu futuro
un futuro de soledad, privado de la libertad
y con enemigos que quieren acabar con tu existencia;
dices que no le tienes miedo a la muerte,
pero yo sé que dentro de ti hay una parte que aúlla y tiembla cuando ésta se acerca;
aún estas a tiempo de comenzar y rendir tu vida y corazón
a aquel, al único que no te abandona,
a Jesucristo de Nazaret.
Tus manos ya no portaran armas que destruyen
ahora portaran armas que edifican, dentro de tus dedos cargaras una Biblia,
que es la Palabra, dulce, amena y edificante de DIOS.
Bendiciones