Nombre el cual engaña
a cualquier ingenuo que,
con malicia,
juzga su condición
sin saber que sus petalos cubre corazones,
acaricia con palabras certeras
la intraquilidad pertubante
y su negro color pasa de sombras
a resplandecer la aurora.
Que injusta es la vida
en darte ese color
que yo interpreto como oscuridad pura,
pureza que nadie entiende
hasta ver entre sus petalos
ese corazón bueno que admiro.
Gracias Rosa Negra
por abrir tus petalos
a esta soledad.