Raíces calcinadas
aún abrasan la memoria
de los paisajes tropicales;
Ígneos triángulos y conos
de irracionales bípedos
trazan el camino pétreo
que lleva hasta Plutón.
Lamentaciones dispuestas
en circulares barricadas
detienen el avance de los sueños.
El aire trae un estertor
de vanas plegarias
por la paz de las cunas
en idiomas que murieron
de tedio y trágico desdén.
Ni ellos ni los otros saben
que el color de las palabras
si tiñen el corazón
y la sangre de los hombres
lava las montañas
en insólita erosión.
La mítica Babel
retorna a la ventana del tiempo:
Las palabras caen al compás
de gritos y de lágrimas
mientras en las montañas
y los valles de mi patria
los ofidios diseñan estrategias
para borrar del mapa la ilusión.
Efraín Gutiérrez Zambrano