V
Mirando los andenes abandonados,
busco orillarme a tu recuerdo
suspirar en el aire de las estaciones
refugiarme en las tonadas del aliento.
Ya no cuestiono si volverán los trenes,
ya ni pregunto si te traerán de regreso,
ya no encuentro ni boletos ni compuertas...
¡Ha pasado trotando el tiempo!
La ciudad se va marchitando sola.
El sol, como tras tantas veces, se está poniendo.
Eres una fotografía amarillenta en mi memoria.
Y yo un desconocido, seguramente, a tu deseo.