Amansando corazonadas,
callando las dudas
veía y rezaba
por favor,
que sólo sea un sueño!
Pero era real
y las ilusiones gastadas
fueron entregadas
de nuevo a su dueño.
Mendiga el alma
de capa caída,
desanduvo el camino
que ayer la traía
mirando hacia atrás,
llorando, escupiendo
el veneno impregnado
en la sangre del recuerdo.
Si la lluvia trae
melancolías amargas,
el agua limpiaba
el corazón a rasguñadas,
y el sol por la tarde
entregaba tibiezas
que no se sentían
desde aquella pieza.
Qué es lo que renueva
al corazón lastimado?
Qué es lo que revive
y aleja el pasado?
Es el tiempo cansino
resignado al futuro?
Es la luz de una vela
desnuda a lo oscuro?
No, es el amor,
en cualquiera de sus formas,
el mismo que nos hundió
y nos alcanza una soga.
Es el amor hecho gente,
el Dios en cara ajena
que se acerca imprevisible
escondiendo la manera.
Es la voz de la esperanza
y la mano de un amigo,
el calor de un abrazo
de un total desconocido.
Es la inquietud hermosa
y la certeza compartida
de que alguien sí nos quiere
y a pesar que afuera llueve,
nos devuelve la alegría.